Vendedora Ambulante dice que las fiestas de Quito en el 2010 fueron mejores que las del 2012

La tarde de este domingo mientras saltábamos para esquivar de tropezarnos con las piedras que habían botadas por todo el sector de las artesanías en feria Quitumbe, encontramos a Doña Maruja, vendedora ambulante que nos contaba que con esto de la separación de la «fiesta Q» los primeros días en Quitumbe y los últimos en el parque La Carolina las ventas no han sido tan buenas.
«Claro no ve que yo vivo acá arribita en Chillogallo nomás y me salía bueno pues venir acá abajito a vender, ahora con esa feria en La Carolina toca viajar como 2 horas y aparte que eso ya está lleno de competencia y la mercadería todita se estropea si viera en el trole. Pero de ley toca ir allá a ver si recupero lo de los cigarrillos que me quitaron los chapas municipales porque disque estaba prohibido, disque porque luego con el capitan se estaban pegándose una Lark atrás de los baños verdes esos que han puesto sobre el graderío…»
«Pero que mudos que han de ser no, ponen las gradas esas un lado de la tarima, mushpas mismos debían haber sido», nos comentaba Doña Maruja mientras escondía las funditas de caumal y moritas bajo su chompa para que no le vean los perros sarnosos señores policias metropolitanos al momento de entrar a la arena de conciertos en la Plaza Quitumbe ubicada al sur de la urbe.
«Bueno mis bonitos, les dejo nomás que ya toca seguir vendiendo, ahí si van el jueves a la Carolina ahí si les acepto la fotito, no ve que hoy he venido todo cabezona, como esque voy a salir en el mercio en esa facha, no a de valer, pero asomaransen ahí en el parque, pero llevarán sueltos para que me hagan el gasto que han de hacer, ese día he de llevar harto limón con sal, no ve que dice que se va a presentar la Yulieta Vanegas y a esa es que le gusta mucho tanto así que le ha hecho una canción, pero irán, verán que también tengo chicles, chupetes, caumal, moritas, caumal… uno nunca sabe hoy por mí, mañana por si le apesta la boca, lleve, lleve caumal, moritas, barrilete, claritas, cauuumaaaaal…» Gritaba Doña Maruja mientras se alejaba y se escondía al ritmo del canelazo (sin puntas porque está prohibido) entre los asistentes al concierto de los Chaucha Kings en el último día de la Feria Quitumbe.