Netflix vende la serie como «mujeres haciendo una revolución», pero al menos en su primera temporada, Las Chicas del Cable se queda en la típica historia de amor adolescente.
Aprovechando el feriado, en un solo día terminé de ver los 8 capítulos de Las Chicas del Cable, la primera serie original de Netflix de producción española. Aquí les dejo mi apreciación de la serie en esta nueva sección El Mercio Flix en donde comentaremos sobre Cine, TV y por supuesto Netflix.
Para comenzar, si gustas de los dramas románticos adolescentes españoles como El Club de los Incomprendidos o 3 Metros Sobre el Cielo, esta serie te enganchará enseguida y ojalá que después de ver Las Chicas del Cable dejes ver 3MSC, por favor si ya no tienes 15 años deja de verla, en serio.
Al estar ambientada en la España de los años 20 con un diseño de arte vintage propio de la época, la primera impresión que me dió fue la de estar viendo una especie de Mad Men. Incluso los créditos iniciales comparten una estética similar. Los hombres como los altos ejecutivos e ingenieros y las mujeres como asistentes, secretarias o en este caso telefonistas; tratan de hacer notar la desigualdad de género que para los años 60 de Mad Men e incluso actuales, siguen siendo un estándar.
A parte de la estética, la narrativa en Las Chicas del Cable es muy distinta a la de Mad Men, esta más rápida y menos madura, así que hasta ahí llega la comparación. Se agradecen los detalles del vestuario y escenarios pero en la música electrónica que claramente no está en el contexto histórico y se nota la intención de recordarte tu última salida con tus amigos y hacerte sentir más cerca de la trama romántica de la serie.
Aunque trata de mostrar temas como el feminismo, la lucha de las sufragistas, la bisexualidad y la violencia intrafamiliar; estos se quedan tan solo para contextualizar la típica historia romántica en la que un viejo amor se reencuentra, la fórmula típica de las novelas románticas. El chico bueno que ama a la chica mala y sigue pensando en su amor adolescente pero tiene que aceptar que ellos ya no son los mismos.
También la serie intenta hablar de una revolución. Pero cuando está a punto de ocurrir un avance importante en la empresa telefónica, primero se oponen por intereses de la monarquía y después las que se oponen son las mujeres porque temen perder sus puestos como operadoras y en seguida piensan en que no podrán cumplir sus sueños si pierden sus trabajos. Ahí esperaba más de estas mujeres que durante toda la serie se enfrentan contra el machismo, el abuso y sus propios perjuicios, ojalá esto se pueda desenvolver mejor en la siguiente temporada.
Las Chicas del Cable es una serie entretenida, con una buena dirección de arte, que pone en la mesa temas muy importantes como la lucha de las mujeres, pero podían haber hecho más y se quedaron en lo típico, una historia romántica, al menos en su primera temporada.
¿Ya la viste? ¿Qué te pareció?