Las pobres vaquitas no solo tienen que soportar a los amantes de la tauromaquia que las dejan viudas o a los carnívoros que se quieren comer su carne, ahora también deben soportar a los desconsiderados veganos y vegetarianos que acaban con su comida.
«Preferible que se coman unos pollos u ovejas que con eso no hacen daño a nadie, pero no nos quiten el alimento» opina Doña Mu, vaca de la hacienda El Carmen. «Una luego del hambre se vuelve loca y termina comiendo un hipster sin gluten», concluyó.