Sheinbaum a Noboa: Cuando Ecuador sea un país y no una hacienda bananera, hablamos

CIUDAD DE MÉXICO — La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dejó claro este miércoles que su gobierno no restablecerá relaciones diplomáticas con Ecuador mientras Daniel Noboa siga en el poder. La razón no es ideológica ni caprichosa. Es estructural: México es un país serio, con instituciones. Y por lo tanto, solo se relaciona con otros países, no con haciendas bananeras disfrazadas de república.

Desde el allanamiento a la embajada mexicana en Quito, el Gobierno ecuatoriano ha intentado vender la idea de que todo fue una operación legal. Pero el mundo —y México, especialmente— ya entendió lo que pasó: un joven heredero que administra el Estado como si fuera un fideicomiso familiar decidió violar el derecho internacional con la soltura de quien cree que las relaciones exteriores se resuelven por Zoom.

“México no dialoga con negocios familiares, ni con presidentes que confunden el Estado con la sucursal de una multinacional heredada”, señaló una fuente diplomática mexicana. “Para tener relaciones bilaterales, primero hace falta que haya un país del otro lado”.

En el fondo, lo que incomoda a Sheinbaum no es solo el atropello a su embajada. Es el hecho de que Noboa llegó al poder con una estructura electoral montada desde su billetera, sin partidos sólidos, sin contrapesos, y con el mismo estilo que usaría un gerente para despedir a su junta de vecinos.

“Nosotros no podemos fingir que tratamos con un gobierno. No tratamos con startups de democracia. No tratamos con influencers constitucionales. Tratamos con Estados”, habría dicho la mandataria mexicana entre bambalinas, mientras preparaba su próxima gira por países que al menos tienen Constitución y no catálogo de servicios.

Mientras tanto, Noboa continúa gobernando como si estuviera coleccionando insignias de LinkedIn.