Amorfinos, poesía de Manabí

1.- Amorfino montubio cortos

Si canto el amorfino,
no lo hago por afición:
le canto porque soy montubio
y lo llevo en mi corazón.

2.- Amorfino montubio en pareja (con respuesta)

¡Vengo a hablar con la verdad
Usted es bella entre las bellas
Por toda la eternidad!

3.- Amorfino de amor

¡Qué viva mi amorfino!
que canto con mucho amor,
porque es una joya linda,
folklor de mi Ecuador.

4.- Amorfino  verso chistoso para dedicar

El verso del amorfino,
se acomoda como quiera:
para mi la cola es pecho
y el espinazo cadera.

5.- Amorfino chistoso

Las muchachas de por aquí,
no se dejan dar un beso;
en cambio las de por allá
hasta estiran el pescuezo.

6.- Amorfino amorfino popular

No soy de por aquí
Yo soy de Cabito de Hacha
yo no vengo por las viejas
sino por las muchachas.

7.- Amorfino chistoso

Cuando paso por tu casa,
compro pan y voy comiendo,
para que no diga tu mama.
Que de hambre me estoy muriendo.

8.- Amorfino  para la novia o pareja

En el patio de mi casa,
tengo una mata de cereza:
cada rama es un abrazo
y cada cereza un beso.

9.- Amorfino  para dedicarlo a un hombre

De mi casa abajito,
me pegué un resbalón,
ni siquiera me dijiste
ilevántate! Corazón.

10.- Amorfino amorfino popular de la costa

Ayer pasé por tu casa,
me tiraste un limón
si no corro tan ligero,
me manchas el patalón.

11.- Amorfino para enamorar

Ayer pasé por tu casa,
me tiraste un limón;
el limón cayó en el suelo,
y el zumo en mi corazón.

12.- Amorfino romántico

Que bonita casa nueva,
en ajena posesión,
la niña que está adentro,
es la dueña de mi corazón.

13.- Amorfino para enamorar

Cuando pase por tu casa,
te he de pegar un silbito;
si tu mama te pregunta,
dile que es un pajarito.

14.- Amorfino popular

Quisiera, pero no puedo,
hacer una casa en el aire,
para vivir en el mundo
y no pensionar a nadie.

15.- Amorfino popular

Los jovencitos de hoy en día,
tan buenos y tan sencillos,
por ahí donde los ven
no tienen ni calzoncillos.

Otros Amorfinos Ecuatorianos

El hombre en el valor
es como el amorfino:
está en cualquier camino
haciendo de cantor.

Yo no soy de por aquí
Yo de Santa Lucia;
la cara que me ven hoy,
no me la ven todos los días.

En el patio de mi casa,
hay una mata de cacao;
donde mi suegra espera,
todos los días al «arropao»

De esta casa no me voy
hasta no comer gallina
en mi casa no las como,
porque todas son finas.

Allá arriba, en ese cerro,
hay una puerca preñada;
cada vez que subo Y bajo,
se parece a mi cuñada.

Allá arriba, en ese cerro,
tengo una cajita de oro
donde guardo mis suspiros
y las lágrimas que lloro.

Las mujeres de este tiempo,
son como el limón podrido:
apenas tienen quince años,
ya piensan en marido.

Las muchachas de este tiempo,
son corno la naranjilla:
No se conforman con uno,
sino con toda la pandilla.

Los jovencitos de hoy en día,
tan buenos y tan sencillos,
por ahí donde los ven
no tienen ni calzoncillos.

Los jóvenes de mi pueblo
ya quieren ser casados,
sólo pera comer
ricos cuyes asados.

El sacristán de la parroquia,
toca a juicio la campana
para que se acabe la pelea
de mi mujer y mi hermana.

San Pedro tenía una novia,
San Pablo se la quitó:
si así fueron los santos
¿Por qué no he de serlo yo?

Por ahí viene Jesucristo
brincando por las paredes;
Jesucristo por los hombres
y el diablo por les mujeres.

A Adán le hizo Dios,
a su gusto y semejanza
como Adán andaba triste
le dio a Eva sin tardanza.

Por esta calle me voy,
por la otra me doy vuelta
la muchacha que me quiere
que me tenga le puerta abierta.

Esta calle, para arriba,
voy a mandar a empedrar,
para que pase tu suegra
vestida de militar.

Ayer pasaba por tu casa,
estabas comiendo gallo;
los dientes re resonaban,
como frenos de caballo

Ayer pasé por tu casa
con esta mi mala traza:
seguiré pasando
hasta que te caiga en gracia.

Las ventanas a la calle,
son cosa peligrosa:
al menos por los padres
que tienen hijas hermosas.

Al subir tus escaleras
se me quebró un escalón,
lástima que ya me muero,
carita de tentación.

iMaldita la casa vieja!
que no tiene cucarachas
para engañar a la vieja,
y llevarme a las muchachas.

Anoche me fui por verte,
por encima del tejado,
salió tu mama y me dijo
por la puerta ¡desgraciado!

Allá arriba, en ese cerro,
hay una mata de lentejas
donde pasan las serranas
sacudiéndose las orejas.

Allá arriba, en ese cerro,
tengo una mata de corroso;
donde cama mi persona,
no canta ningún mocoso.

Allá arriba en ese cerro,
hay una mata de algarrobo
donde yo amarro mi cabello,
y a tu ñaña me le robo.

Los jóvenes de este tiempo,
son de pura tentaste,
meten la mano al bolsillo
y la sacan siempre vacía.

Los jóvenes de este tiempo
son como la paja saca,
apenas dan para el arroz
y no dan para la manteca.

Los jóvenes de este tiempo,
son como la piña madura,
cuando se les pide doria
les les da frio de calentura.


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