Steven U. hombre católico practicante de 32 años se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo porque, según él, ese no es el plan de Dios.
«El matrimonio es un vínculo sagrado, se debe respetar la familia tradicional» afirma Steven, quien hace pocos días estaba detenido por adeudar la pensión de sus dos hijos, su actual pareja pagó la pensión y fue liberado.
«No me opongo a que dos personas se amen ni menos que vivan juntas, pero no pueden llamarle a eso matrimonio. La palabra matrimonio viene de la raíz matriz, que se refiere a madre y a procrear, si un matrimonio no tiene el fin de procrear es pecado» explica Steven.
Laura, joven mujer que acompañaba a Steven también se opone al matrimonio igualitario. Para ella el que dos personas del mismo sexo se casen traería consecuencias catastróficas.
«Si dos hombres se casan, únicamente podrán tener sexo anal y si todos tuvieran solamente sexo anal la raza humana se extinguiría» razona Laura.
«Los homosexuales quieren el matrimonio para poder adoptar y eso está mal, los niños necesitan un papá y una mamá, no dos papás» comenta Laura mientras la acompañamos a recoger a los hijos de Steven de la guardería.
«Steven y yo no nos vamos a casar porque él es divorciado y la Biblia no permite el matrimonio en divorciados, eso es ser coherente con lo que se cree, yo soy su concubina nada más» concluye Laura.
En Ecuador se debate el matrimonio igualitario, la oposición a dichas uniones se basan en creencias religiosas y moralistas.